miércoles, 1 de abril de 2015

Y Pasó.

Y pasó.
Pasó que abres los ojos a la realidad, que te das cuenta que tu vida era una mentira y tu, cómplice de ella por dejarte engañar..porque querida, te has dejado engañar.
Te has dejado porque siempre desconfiaste, porque fueron muchas las lágrimas autoconvenciendote que cambiaría, que tu le importabas..pero realmente eso nunca iba a ocurrir.
Y llegó la soledad, los malos presentimientos, las mentiras surrealistas.

Pero también llegaron los nuevos amigos, las nuevas risas, y un clic en la cabeza que hace que veas el mundo con otros ojos.
Llegó la madurez, y las ganas de aprovechar cada segundo.

Sabía que estaba todo perdido, y había dos opciones, disfrutar o volver a casa.
Adivináis cual escogí?

Aprendí, o hice el intento, de pescar pulpos.
Buceé con peces enormes y de mil colores.
Me negué en rotundo a tirarme de los acantilados, hasta que sin previo aviso cogí carrerilla y simplemente me tiré...de bomba!
Me perdí en una carretera en medio de la montaña, sin carteles, sin luz alguna, sin cobertura y..sin gasolina.
Bebí chupitos por todos y cada uno de vosotros en todos los años de vuestra vida.
Tuve un encontronazo con una cabra salvaje mientras me hacía un selfie en la montaña.
Me colé en  una casa para hacer una foto del paisaje.
Amplíe mis propios límites.
Estuve en los atardeceres mas bonitos que uno se puede imaginar.
Desee quedarme en la isla y no volver a casa, y ahora..

Vuelvo a la isla para quedarme, y no volver.